Más incentivos fiscales y agilización de trámites: Así afecta la Ley de Startups a la industria fintech
El Gobierno ha aprobado en Consejo de Ministros el Anteproyecto de Ley de Startups, después de incluir algunas de las modificaciones planteadas durante su fase de tramitación. Quizá la más relevante ha sido la de la definición de startup, de manera que los emprendedores puedan acogerse a las bonificaciones fiscales que recoge el texto durante tres veces. Entre ellas, la principal es la que hace referencia a la reducción de hasta un 15% en el Impuesto de Sociedades durante los primeros cuatro años de vida de una entidad, que se complementa con otra medida que posibilita aplazar los pagos de diversos impuestos durante dos ejercicios.
Otro de los elementos que más discusión ha generado es el que hace referencia al límite de stock options libres de impuestos, que se fija en los 50.000 euros, incluyendo que los tenedores solo deberán devengarlas tras su liquidación. Además, los primeros 100.000 euros de inversión en un startup estarán exentos de impuestos, que se complementa con una deducción por inversión del 50% durante los cinco primeros años de existencia de la empresa que se elevan a siete en el caso de las compañías de biotecnología.
Junto a estas medidas, cabe destacar el compromiso del Gobierno en impulsar Sandbox regulatorios en los próximos meses y el impulso a la constitución digital de las startups, que podrán registrarse en 6 horas, con unos estatutos tipo y suprimiendo los aranceles notariales.
El objetivo del Ejecutivo es que la ley entre en vigor en torno al verano de 2022 tras superar el proceso de trámite parlamentario. Cabe señalar que, además, el Gobierno está ultimando el lanzamiento del fondo NextTech, dotado con 4.000 millones de euros, para invertir en empresas tecnológicas españolas.
Los expertos opinan
Tal y como recogió TerritorioFintech.com hace algunas semanas, distintas emprendedores del ecosistema FinTech han expresado sus opiniones acerca de la nueva Ley de Startups:
- Ontruck. Iñigo Juantegui, CEO y cofundador: “Creo que es una ley insuficiente. Su objetivo debería ser incentivar la creación de empresas innovadoras y atraer tanto talento como capital. Pero el hecho de que se restrinja su aplicación a empresas con una serie de condiciones que nada tienen que ver con muchas startups hace que no vaya a ser aplicable de forma general”.
- Micappital. Miguel Camiña, CEO y cofundador: “Cualquier medida en este ámbito siempre es bien recibida y más que necesaria para impulsar el ecosistema emprendedor en España. Es fundamental, en primer lugar, entender el funcionamiento del sector, los intervinientes y las empresas. Hay que crear medidas que hagan más atractivo el sector para trabajadores, empresarios e inversores tanto públicos como privados. Creo que las medidas que más ayudarían son las que estén centradas en mejorar ese atractivo hacia todas las partes”.
- Athos Capital. Juan Filiberto Martínez, socio: “Esta Ley es una demanda que se venía realizando desde hace tiempo, y con ella se han dado los primeros pasos, pero no se han cumplido las expectativas. Una vez más el regulador parece ir detrás de la realidad: el sector tecnológico y digital español es cada vez más relevante, la inversión en este tipo de compañías en lo que llevamos de 2021 supera los 2.000 M€. El anteproyecto mejora algunos mecanismos muy utilizados en el ámbito de las startups, como incrementar el límite para remunerar con acciones, pero introduce incentivos fiscales, como la rebaja del tipo impositivo del Impuesto de Sociedades, que no son interesantes para compañías que no suelen tener beneficios los primeros años de vida”.
- Lingokids. Cristóbal Viedma, CEO y cofundador: “Para ser sincero, me esperaba algo más de esta Ley. Es positivo el hecho de que exista, pero creo que el anteproyecto se ha quedado un poco escaso. En lo que respecta a la definición de startup, pienso que encorsetarlas en cinco años de vida y 5 millones de euros de facturación es dejar muy poco margen de desarrollo y crecimiento, tal vez más próximo a pymes que a startups. Muchas de estas tienen unas expectativas de proyecto más amplias, por lo que si queremos fomentar el emprendimiento en España, sería partidario de ampliar la definición a diez años y más facturación”.