Los retos de mejora en el acceso a la financiación de las FinTech españolas
Por Carlos Sánchez
Dentro de las propuestas de reforma de la Ley del Mercado de Valores, que ha iniciado en mayo su proceso de audiencia pública, el Gobierno quiere estimular la financiación empresarial a través de la vía de las Special Purpose Acquisition Companies (SPAC), que son sociedades que salen a Bolsa sin activos, y que lo que pretenden es captar dinero de inversores para, más adelante, poder llevar a cabo adquisiciones de empresas que, por regla general, no cotizan. Así, estas entidades que han sido compradas ocupan la posición de su adquirente en el mercado, por lo que completan una vía alternativa a la de cotizar, con, aparentemente, una mayor agilidad ya que precisan de someterse a un menor número de controles. Gracias a esta manera de operar, las SPAC se están convirtiendo en una alternativa cada vez más importante para las empresas que se encuentran en sus primeras fases de desarrollo o en crecimiento, momentos en los que acceso dinámico a la financiación es, con frecuencia, más necesario.
De este modo, desde el Ejecutivo se pretende incentivar el acceso a la financiación de las startups y, en particular, de las FinTech, habida cuenta de que, de acuerdo a diferentes informes como uno sobre indicadores KPI de la Asociación de Mercados Financieros de Europa (AFME), España ocupa la posición 18 de 27 en el desarrollo FinTech de la Unión Europea. Además, el documento subraya que, a pesar de la coyuntura general de bajos tipos de interés, en España las declaraciones de quiebra por culpa de las dificultades en la gestión del circulante siguen estando por encima de la media comunitaria, reflejando la falta de desarrollos de los mecanismos de acceso a la financiación por parte de muchas pymes.
De hecho, el informe señala que estas deficiencias, en mayor o menor medida, se trasladan por completo a todo el ecosistema de financiación FinTech en Europa, habida cuenta del elevado número de pymes que siguen dependiendo de los préstamos bancarios, por encima de los 570.000 millones de euros, muy por debajo de la inversión de capital de riesgo.
Las claves de la actividad inversora en España
Hace unas semanas, la Fundación Innovación Bankinter presentó su más reciente edición del informe del Observatorio de Startups, en el que se afirma una tendencia creciente de grandes rondas de inversión en España, que enmascaran la necesidad de mejorar el acceso a la financiación de muchas empresas que se encuentran en fase de crecimiento. De hecho, solo en el primer trimestre de 2021, ya se superó el montante de inversión en empresas de nueva creación que en todo 2020, por encima de los 1.080 millones de euros, aunque se consiguió en apenas 93 operaciones.
En cualquier caso, el documento señala que se produjo entre enero y marzo una caída relevante en rondas de financiación pre-semilla, privilegiando a las empresas más consolidadas que, por ejemplo, desean iniciar una fase de internacionalización. En particular, se indica que esta tendencia es más evidente en las entidades de sectores como el Real Estate / PropTech, el EdTech, el FinTech y el Health&Wellbeing. Curiosamente, la inversión extranjera en ese periodo creció más de un 600% y ya supone casi 700 millones de euros sobre el total de la financiación.
Un futuro prometedor
Con la incertidumbre siempre presente de cómo se desarrollará la recuperación de la economía global tras la pandemia global vivida los meses precedentes, el ecosistema FinTech tiene por delante el reto de aprovechar la oportunidad histórica que supone la puesta en marcha del Sandbox financiero, que debe servir para posicionar a España como un referente en la industria FinTech e InsurTech a nivel mundial. El principal objetivo es impulsar la transformación digital del sistema financiero, promoviendo una mayor facilidad en la financiación de proyectos dentro del sector, aumentando la seguridad para los inversores, ya que los propios supervisores y reguladores están involucrados activamente en el desempeño del Sandbox.
De conseguirse, la industria FinTech nacional se posicionaría en la rampa de lanzamiento para aumentar significativamente su competitividad, así como para la captación de talento y financiación internacional. Y, todo ello, debería servir para favorecer la puesta en marcha de proyectos cada vez más disruptivos e innovadores que, a su vez, alimenten, aún más, la revolución tecnológica en marcha. Pero todo pasa por conseguir cimentar un entorno regulatorio propicio para que invertir en las FinTech sea, además de potencialmente rentable, normativamente sea, también, muy seguro. De conseguirse, las empresas podrán crecer con mayor facilidad al tener mecanismos más ágiles para la obtención de liquidez, pudiendo aprovecharse de las sinergias positivas que se pueden conseguir si se logra atraer la atención de inversores experimentados que, además de capital, puedan aportar mayor conocimiento y experiencia.